Estamos compartiendo un mundo globalizado, un mundo injusto a nivel colectivo y a nivel individual con dictados constantes de las grandes potencias. Pero se empieza a deslumbrar en base de las mismas injusticias un nuevo concepto de sociedad con una nueva escala de valores.
La democracia-capitalista no es suficiente para construir un mundo equitativo, no ha servido para que los valores humanos emergan sobre los individuos. Ha prevalecido los intereses nacionales de las grandes potencias sobre los intereses de los países latinoamericanos y del tercer mundo. La continua explotación y expoliación no solo del individuo como base social si no a nivel colectivo nacional de estos países sin recursos y abocados a un síndrome de inferioridad por las grandes intereses energéticos o digamos intereses nacionales del capitalismo.
La inseguridad mundial, que actualmente está atravesando la humanidad hará que se abran nuevos cauces de justicia hasta ahora inexplorados y que de un modo u otro estamos viviendo un pequeño inicio en los movimientos políticos de de los países latinos. No existe ningún camino, que la revolución, pacifica o no, para empezar o iniciar el camino sin retorno de un nuevo concepto mundial de vida que se está abriendo.
La cosecha del pensamiento está dando sus frutos. no será un camino fácil, mas bien espinoso el que se avecina.
El mundo desequilibrante que vivimos está agonizando, por las mismas injusticias. Su misma descomposición abre nuevas esperanzas. Las clases pobres pueden y deben dejar de serlo por un nuevo equilibrio económico latente en el que el reparto de la pobreza se invierta en el reparto de la riqueza.
Quizás no veamos el final, pero se ha iniciado el cambio, un cambio social que reclama a gritos y con urgencia nuevas actitudes y procesos estructurales en todas las facetas sociales e intelectuales. Son cambios que se han iniciado de trascendental importancia. Se está luchando por un mundo mejor, por un mundo no competitivo, por un mundo de respeto a las ideas y a la justicia. Por un mundo de paz, donde el capital no tendrá la resonancia ni la fuerza que tiene hoy para decidir los destinos de la humanidad. Su influencia estará debilitada o bien carecerá de la importancia que se le da en la actualidad, como valor de diálogo en las nuevas democracias para un mundo mas justo.
No se debe, ni se puede consentir que la hambruna se extienda por el planeta. Que las tres cuartas partes de la población mundial no disponga de los mínimos recursos de vida. No se puede consentir ni un segundo mas, mueran niños de hambre, ni un segundo mas. Grupos de conciencia no deben ni pueden aceptarlo.
Estos cambios que ya se han iniciado son y serán respaldadas por otros grupos sociales de conciencia con base en E.E.U.U. y Europa. Los Intelectuales tienen la responsabilidad de apoyar con firmeza estos cambios si de verdad deseamos un mundo mas justo y equitativo, de nuevos valores.
El predominio militar ha de quedar obsoleto, marginado, ridiculizado para este presente-futuro y dejar paso al mundo de las ideas y de la conciencia. Es un nuevo andar que está dando sus primeros frutos y hay que abrir camino día a día en estos instantes en que los conflictos internacionales se basan en los intereses partidistas bajo los estandartes de la democracia del capital y la continua explotación del tercer mundo.
Las democracias actuales son dictaduras encubiertas en las que la libertad individual se ve acosada y vigilada constantemente y los intereses nacionales tiene sus pilares en la miseria de terceros países que cada día se ven sometidos sus individuos a una cruel guerra de intereses económicos o bien, si llega el caso y como vemos en la actualidad, a un bombardeo sobre la población civil por sus materia primas, como respuesta que dan los imperios actuales.
La muerte de niños, mujeres y ancianos ya no preocupa a ninguna potencia. No es motivo de escándalo. La muerte por hambre o por la falta de recursos en medicinas no es aceptado como responsabilidad por las grandes naciones, por ello, hay que apoyar una nueva cultura de sensibilidad en acción y ahora es el momento para un nuevo concepto social, precisamente cuando las democracias del capital se están hundiendo.
Hay que recobrar la libertades individuales y el amparo de un nuevo equilibrio de justicia mundial, cueste lo que cueste. La revolución a empezado ya.
La niña de la cornisa
Hace 7 años
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