Desde que el mundo es mundo el ser humano al compás de su evolución ha trazado unos caminos en todas las ramas del saber para encontrarse a si mismo.
Encontrar sus raíces en los inicios de la creación es una aventura fascinante. Las huellas dejadas por nuestros antepasados son estudiadas con el máximo interés por todos los científicos. Es un continuo batallar y buscar en lo mas recóndito de los tiempos, en los diversos campos de la ciencia. No solo en nuestro planeta si no también en los mas lejanos confines del espacio.
Esperanza seria la palabras exacta que busca el ser humano en la búsqueda de su identificación como individuo, una esperanza de lectura de tiempos pasados para un futuro de comprensión y conocimiento de nosotros mismos. El ser humano busca constantemente un milagro. El milagro de la esperanza. El milagro de la vida.
Pero el milagro de la ciencia que todos esperamos lo tenemos frente a nuestros ojos y en cada instante se ofrece a todos los humanos. Es... el nacimiento de un niño, es la mayor esperanza y milagro que podemos ver todos los seres humanos. El milagro y la esperanza que se repite día a día y que podemos observar en cualquier parte de nuestro mundo. Cada niño es una esperanza, cada niño es un milagro y en cada uno de ellos arrastra los primeros genes de la creación e inicio de la humanidad. Todos venimos de un mundo "mestizado." Todos llevamos en nuestra sangre, el germen, no sólo de nuestros antepasados recientes, si no también, los de los albores de nuestra civilización.
El otro milagro-esperanza que tenemos es la grandiosidad del espacio repleto de estrellas. Estas noches que`podemos disfrutar del cielo repletos de luces que parecen hablarnos. Este cielo que nos aguarda en silencio. Este cielo de distancias inconmensurables, lejano y tan cercano. El espacio infinito que se salta todas las leyes científicas es el otro milagro y esperanza de que disponemos los que tenemos la suerte de vivir en este planeta conflictivo, discrepante, injusto, pero también lleno de esperanzas, porque cada día nacen niños y porque cada día las estrellas nos hablan.
Solo falta saber escuchar y ver, pues todos los días frente a nuestros ojos se confirma la grandiosidad del ser humano y la magnitud del cosmos. Independientemente de nuestro credo los milagros se repiten a cada instante, en cada rincón, en un beso de adolescentes descubriendo los primeros pasos del amor, la pasión desbordante por una mujer, en la mirada profunda de nuestro hijo o cuando se abren los pétalos de una flor con todo su esplendor sensual bajo los primeros rayos del sol, o la nieve que cubre los prados, o el continuo oleaje del mar o la mujer que da luz a un nuevo niño; aquel septiembre que cubre de hojas muertas el bosque y sus caminos, aquel viento frío que azota nuestro rostro, Aquel silencio que nos cubre en la soledad, en aquel anciano que lentamente se despide de la vida, El sollozo de un niño, la primera lágrima...el ultimo beso al aire, el silencio, la ternura, el deseo...La misma vida es un milagro continuo de sorpresas y de milagros...
La niña de la cornisa
Hace 7 años
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