domingo, 18 de noviembre de 2007

EL SALVADOR LUCHAR O MORIR


Los Salvadoreños se enfrentan a una espiral entre la violencia y la pobreza. El pitufo de la América latina no sale de este círculo, donde el tiempo parece no transcurrir y que los cambios sociales se realizan con una lentitud desesperante si es que alguna vez se realizan.
Tampoco ayuda la naturaleza cuando se desata sobre sus gentes la furia de los vientos huracanados o los continuos seísmos que asolan este pequeño país abandonado a su suerte. Cuando no, los abusos del poder y el continuo despotismo que se ejerce contra las clases obreras y pobres en continua marginación por parte de la derecha.
Un gobierno que ejerce el destierro de los religiosos que no piensan como el régimen y que los derechos humanos son pisoteados continuamente. Donde los derechos humanos son, simplemente para unos pocos.
El único país del mundo que abandonó su moneda-El colón-por el dólar americano rindiendo pleitesía totalitaria al poder y a los dictados de los EE.UU.
El Salvador tiene unos índices de inseguridad de los mas altos del mundo reflejados por la muerte violenta día a día en manos de las bandas juveniles llamadas -maras-formadas por los estratos mas pobres de la sociedad marginada y que forman un conjunto entre doce y dieciocho mil jóvenes dispuestos a matar por un simple cigarrillo o por una simple mirada. Es un auténtico ejército dispuesto a todo.
Los maras mas temidos lo forman -los salvatruchas- Ni siquiera los militares salvadoreños han podido erradicarlos. Cada día muere una mujer, descuartizada, por estas bandas juveniles, de cuerpos tatuados. Elevando la tasa de homicidios al día entre ocho y doce, lo que convierte a El Salvador en el país mas peligroso del mundo.
Por otra parte tenemos el dengue hemorrágico, picadura de mosquito que ocasiona un caudal de muerte anuales entre la población infantil a consecuencia de la suciedad de las calles y viviendas que rodean la capital.
Existe una esperanza en la nueva juventud salvadoreña y son los estudiantes de la universidad centroamericana ,U.C.A, bajo la atenta mirada de los jesuitas, que en silencio, están realizando una labor de magisterio que pronto, esperemos, dará sus frutos. Una generación de jóvenes capacitados para llevar el país; aunque, la esperanza, quizás se vea truncada, por la escasez de trabajo y muchos de ellos, se verán condenados a una emigración forzada.
Los salvadoreños son un pueblo profundamente religioso, aunque en este país, existe una lucha encarnizada de religiones de todo el mundo en búsqueda de adeptos: católicos, pentecostales, testigos, protestantes, etc, en todas sus ramificaciones...tienen en El Salvador un campo de batalla experimental.
Pero tengamos en cuenta que el salvadoreño es un luchador constante ante las adversidades, ante la miseria, ante las injusticias... que soporta estoicamente bajo sus creencias religiosas. Que se refugia en Dios, un Dios que parece que les ha dado la espalda. Es un continuo sufrir en una escalada de injusticias, de hambre y de miseria. Conformismo ante las adversidades, " porque así lo quiere Dios." Quizás, algún día vuelvan, con derecho, a tomar las armas, porque los hijos mueren día a día....y porque es el único recurso que les queda para combatir la injusticia, el hambre y la miseria de un país que es explotado y continuará siendo víctima de los poderosos.

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