lunes, 19 de noviembre de 2007

CARTAS A MI HIJO JORDI



Acerca de CARTAS A MI HIJO JORDI

Soy el padre de la criatura. Esto es lo que me han dicho. Consciente de la evolución compleja de este mundo intento acercarme a mi hijo, unas veces en tono paternal, otras como un amigo. Me acerco a él como un consejero, con mis errores y aciertos. Entregarle una visión social, económica y política del mundo que vivimos. A veces sarcástico, indolente e incluso, porque no, lujurioso. Con todos nuestros defectos y virtudes y sobre todo exponiendo nuestras flaquezas y contrariedades, nuestros miedos, como seres humanos. La moral o contramoral de la sociedad actual y que mañana, que es su futuro inmediato, mi hijo Jordi, y otros muchos Jordi¨s, deberán juzgar para no caer en los mismos errores, aunque también tengo mis dudas.

La experiencia tiene una sola dirección y apenas sirve para las siguientes generaciones. Es como un tren, los viajeros bajan en las estaciones y otros suben, pero el tren sigue su trayecto. Es humano. Pero intento plasmar en estas líneas unas ideas, unos fantasmas que todos tenemos en la mente. No es mi interés profundizar en los diversos temas que expongo, para ello, hay personas capacitadas que pueden hacerlo. Simplemente deseo realizar un análisis como persona de calle que se le entienda a pesar de que muchos artículos parece y parecerán contradictorios. Y lo serán seguramente, pero, ¿la vida en si misma no es contradictoria.? ¿Los seres humanos no somos contradictorios?

Los artículos que iré exponiendo, son de un instante, a veces reflexivos y otras no. Son lanzaderas de opinión según mi ánimo. Sin ningún deseo de ofender, no es mi intención.

Tampoco en mis opiniones quiero dar la imagen de una mente rígida en sus ideas y en su exposición. Quiero ser permeable a todas las ideas y tremendamente respetuoso con las opiniones ajenas.

Pero también debo ser consecuente con mi pensamiento, leal a las ideas, a la constante "evolución de las ideas",

La vida nos enseña, para unos, es una escuela que uno va rectificando por el camino de la vida; para otros es una observación de este mismo camino pero que no desea ser absorvido por la experiencia de los demás.

Los niños aprenden a andar, en cada caída, en cada golpe a pesar de los consejos de sus padres, ésto no es suficiente y deben caer y golpearse para aprender. La experiencia sin los consejos no sirve de nada y tampoco los consejos sin la experiencia. La unión de las dos es lo que nos formará para ir por el camino de la vida.

Tener una mente abierta, al mundo de la ideas, a las ideas de una conciencia sin fronteras, una conciencia humana que nos haga sensibles a la injusticia de un mundo del que somos parte.

Recordemos que simplemente estamos de viaje y nos apearemos cuando el jefe de la estación nos de el aviso. Con la maleta vacía o llena sólo dependerá de nosotros mismos.

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