martes, 30 de diciembre de 2008

lunes, 29 de diciembre de 2008

¿El pueblo de Dios debe ser juzgado?




LA ESTRELLA DE DAVID


Los continuos enfrentamientos entre palestinos y judíos, me hace retroceder a la época de la segunda guerra mundial en que los judíos fueron perseguidos implacablemente convirtiendo la historia de la humanidad en el mas triste episodio que recuerda el hombre.

Los criminales nazis fueron perseguidos en todo el planeta y llevados a los correspondientes tribunales internacionales de justicia y condenados a las máximas penas.

Hasta aquí podemos estar mas o menos de acuerdo. El holocausto judío fue una vergüenza de la condición humana de hasta donde puede llegar con sus semejantes.

Pero los judíos no merecen ser el pueblo de Dios. No pueden serlo ni podemos aceptarlo. Su ejemplo no es la imagen que espera el mundo de ellos. El pueblo de Dios no puede ser un pueblo vengativo cuando en sus propias carnes ha sufrido el exterminio y quien actualmente, es este pueblo judío, llamado pueblo escogido de Dios, que trasmite odios y venganzas y muerte de seres inocentes. La humanidad no puede aceptarlo, aunque tengan el apoyo de los Estados Unidos de América.

Si anteriormente se juzgó a los criminales nazis, ahora, la humanidad debe juzgar sin dilaciones a los representantes judíos de tal genocidio que están llevando al pueblo palestino.

Aunque sea el pueblo de Dios, los criminales judíos deben ser procesados.

sábado, 13 de diciembre de 2008

El silencio impuesto


El silencio impuesto


Vivimos en una sociedad con grandes tensiones y una carencia de valores morales impuestas casi siempre desde el propio estado. Cuando digo que estamos perdiendo nuestras libertades individuales, que nos someten diariamente a mas controles y que propiciadas por los mismos gobiernos llamados democráticos que imponen cada día nuestras formas de vivir y donde los entes públicos están al servicio de estos mismos gobiernos.

Nuestro gobierno prepotente en base de locuaces discursos nos indican que somos un país aconfesional, que las escuelas no deben tener crucifijos, porque somos un país moderno. Que la libertad sexual llega a nuestros niños que con diez años deben saber ponerse un preservativo por aquello de las enfermedades o por el desdichado embarazo, que estos mismos niños de casi parvulario tienen y disponen del derecho a denunciar a sus padres por un cachete, somos tan modernos, que nuestro gobierno se viste de la mas absoluta moral para indicarnos que los homosexuales o lesbianas pueden adoptar los hijos que quieran a igualdad de condiciones y derechos que las parejas heterosexuales.

Somos el país que abanderamos las libertades de las minorías, en claro perjuicio de las mayorías. Somos un país de vanguardia porque tenemos controlados a cuarenta mil machos ibéricos maltratadotes de una suma de quinientos mil. Somos tan avanzados que les ponemos una argolla para controlarlos. Y no tardaremos en sacar el garrote vil a quien se atreva a contradecir las normas impuestas por un puñado de egoístas y paranoicos ministros. La caza de brujas a empezado.

Tenemos una sociedad dormida y cobarde incapaz de reaccionar, tenemos unos jueces aborregados que solo reparten descalabros familiares

Disponemos de unos canales televisivos que se dedican a vaciar los bolsillos de los idiotizados televidentes en base de adivinar tal o cual palabra, aprovechándose de la misería humana. Tenemos la televisión pública que nos muestra la constante ruptura de los matrimonios de élite o las vicisitudes de los chorizos, o los toreros que no pegan golpe y los vividores del cuento. A esto se le llama moral de estado..

Somos el país que no produce nada, que no fabricamos nada y que solo los avispados, maleantes, chulos salen a flote, incluso de la cárcel.

Somos el país, donde la educación es tristemente inexistente a todos los niveles. Donde tenemos mas droga y mas borrachos de la comunidad europea. Tenemos y aceptamos por modernismo que nuestros ministros empleen un vocabulario soez, barriobajero y taconeo. Para añadir como disculpa, que su conversación es estrictamente privada.

Tenemos un estado omnipresente, nos avisa de lo que es bueno o es malo para los ciudadanos. Nos dice lo que tenemos que pensar. Nos indica la moral de la que tenemos que apoyar y aceptar.

Somos el país de las contradicciones, por un lado sacamos las estatuas del último dictador para realizar una amnesia colectiva y por la otra reclamamos la memoria histórica de los fallecidos.

Somos un país que no piensa, porque disponemos de gente que lo haga por nosotros, somos ya, unos robots al servicio del estado.


¿De qué país hablamos? No lo sé. Se me olvidó.