Si, si, si, a Usted se lo pregunto. A Ud, que está leyendo el presente artículo. No tenga miedo.¿no le gusta pensar en estas cosas? Tranquilo. No le va a suceder nada. Al final todos nos encontraremos o quizás no. Digo, lo de morirse.
Dese cuenta que es algo que no pasa de moda. Es de vigente actualidad. Incluso hay personas que se pasan los días leyendo las esquelas, por aquello de controlar a sus amigos o digamos enemigos. O como un campeonato, pero al revés, el último es el que gana.
Existe realmente un fuerte temor a morirse e incluso a hablar del tema en una conversación normal.
No hay ningún país del mundo que celebre la muerte como los mejicanos durante la Semana Santa. Dulces de todo tipo, calaveras de azúcar y bailes, llenan de sabor y colorido frente a la muerte.
Los españoles, le tenemos un grave respeto a estas cosas. Somos mas taciturnos con una cultura religiosa o no, que nos hace mas.....plañideros.
Los chinos, en un entierro que observé en los Ángeles de EE.UU. que detrás del féretro iban los parientes y amigos del difunto, bailando, saltando y cantando con rostros de felicidad. Delante dos motoristas hacían camino con luces de guirnaldas que mas parecían dos árboles de navidad que dos motos.
Como vemos no todo el mundo se toma la muerte con la misma seriedad a la que estamos acostumbrados.
Veamos. ¿Se acuerda Ud, de cuando nació? ¿No? Estará de acuerdo conmigo que el nacimiento de un niño es algo único, bien recibido con enormes ilusiones por los padres.
¿Piensa lo mismo el bebé?
Si pudiera hablar el bebé de su nacimiento, de como transcurrió, nos podría contar una historial real y semejante a la que a continuación expongo.
De estar introducido en la oscuridad, en el interior de una burbuja, a una temperatura constante, flotando, alimentándose a través del cordón umbilical. Llega a ser expulsado al exterior con brusquedad donde le esperan unos focos de potente luz, diferente temperatura, sonidos mas directos, sombras por todas partes, le cogen por los pies, lo zarandean con la cabeza abajo, le pegan una palmadita en sus nalguitas, lo lavan, luego, frenazos de autos, olores, voces... y tantas cosas mas....Todo le llega de un mundo completamente exterior y desconocido para el.
Y sin embargo no recordamos nada de este brutal cambio que experimenta nuestro cuerpo cuando salimos al mundo. No hay nada comparable.... Nada.
La agresividad al nacer a pesar de la envoltura que arropamos a nuestros bebés, tiene un fondo terrible de dolor. Un trauma de las mayores proporciones que sólo un recién nacido puede soportar.
Las defensas de cuerpo humano bloquean el dolor y convierte los nacimientos como un acto placentero que no recordamos ni recordaremos a lo largo de nuestra existencia.
Sólo existe otro acto semejante al nacer, que es el morir, que igual al primer caso no recordaremos pero que sin duda tiene la similitud y transcendencia del primero.Son los dos extremos de la vida. Nacer y morir.
Pero, por si acaso, no quisiera llevarme un susto a igual que Ud., al pasar a mejor vida y observaré quien es el atrevido que me pega unos cachetes en mis posaderas por segunda vez.
Dese cuenta que es algo que no pasa de moda. Es de vigente actualidad. Incluso hay personas que se pasan los días leyendo las esquelas, por aquello de controlar a sus amigos o digamos enemigos. O como un campeonato, pero al revés, el último es el que gana.
Existe realmente un fuerte temor a morirse e incluso a hablar del tema en una conversación normal.
No hay ningún país del mundo que celebre la muerte como los mejicanos durante la Semana Santa. Dulces de todo tipo, calaveras de azúcar y bailes, llenan de sabor y colorido frente a la muerte.
Los españoles, le tenemos un grave respeto a estas cosas. Somos mas taciturnos con una cultura religiosa o no, que nos hace mas.....plañideros.
Los chinos, en un entierro que observé en los Ángeles de EE.UU. que detrás del féretro iban los parientes y amigos del difunto, bailando, saltando y cantando con rostros de felicidad. Delante dos motoristas hacían camino con luces de guirnaldas que mas parecían dos árboles de navidad que dos motos.
Como vemos no todo el mundo se toma la muerte con la misma seriedad a la que estamos acostumbrados.
Veamos. ¿Se acuerda Ud, de cuando nació? ¿No? Estará de acuerdo conmigo que el nacimiento de un niño es algo único, bien recibido con enormes ilusiones por los padres.
¿Piensa lo mismo el bebé?
Si pudiera hablar el bebé de su nacimiento, de como transcurrió, nos podría contar una historial real y semejante a la que a continuación expongo.
De estar introducido en la oscuridad, en el interior de una burbuja, a una temperatura constante, flotando, alimentándose a través del cordón umbilical. Llega a ser expulsado al exterior con brusquedad donde le esperan unos focos de potente luz, diferente temperatura, sonidos mas directos, sombras por todas partes, le cogen por los pies, lo zarandean con la cabeza abajo, le pegan una palmadita en sus nalguitas, lo lavan, luego, frenazos de autos, olores, voces... y tantas cosas mas....Todo le llega de un mundo completamente exterior y desconocido para el.
Y sin embargo no recordamos nada de este brutal cambio que experimenta nuestro cuerpo cuando salimos al mundo. No hay nada comparable.... Nada.
La agresividad al nacer a pesar de la envoltura que arropamos a nuestros bebés, tiene un fondo terrible de dolor. Un trauma de las mayores proporciones que sólo un recién nacido puede soportar.
Las defensas de cuerpo humano bloquean el dolor y convierte los nacimientos como un acto placentero que no recordamos ni recordaremos a lo largo de nuestra existencia.
Sólo existe otro acto semejante al nacer, que es el morir, que igual al primer caso no recordaremos pero que sin duda tiene la similitud y transcendencia del primero.Son los dos extremos de la vida. Nacer y morir.
Pero, por si acaso, no quisiera llevarme un susto a igual que Ud., al pasar a mejor vida y observaré quien es el atrevido que me pega unos cachetes en mis posaderas por segunda vez.
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