

Cartas a mi hijo Jordi, son artículos, desde una perspectiva humana, partiendo de una visión personal con sus errores y sus aciertos; a veces contradictorios, pero... ¿la vida misma no es contradictoria por si misma? ¿Los seres humanos no somos contradictorios? Pero deseo lanzar un mensaje de respeto a las ideas, a las personas y a la libertad de expresión.


Acerca de CARTAS A MI HIJO JORDI
Soy el padre de la criatura. Esto es lo que me han dicho. Consciente de la evolución compleja de este mundo intento acercarme a mi hijo, unas veces en tono paternal, otras como un amigo. Me acerco a él como un consejero, con mis errores y aciertos. Entregarle una visión social, económica y política del mundo que vivimos. A veces sarcástico, indolente e incluso, porque no, lujurioso. Con todos nuestros defectos y virtudes y sobre todo exponiendo nuestras flaquezas y contrariedades, nuestros miedos, como seres humanos. La moral o contramoral de la sociedad actual y que mañana, que es su futuro inmediato, mi hijo Jordi, y otros muchos Jordi¨s, deberán juzgar para no caer en los mismos errores, aunque también tengo mis dudas.
La experiencia tiene una sola dirección y apenas sirve para las siguientes generaciones. Es como un tren, los viajeros bajan en las estaciones y otros suben, pero el tren sigue su trayecto. Es humano. Pero intento plasmar en estas líneas unas ideas, unos fantasmas que todos tenemos en la mente. No es mi interés profundizar en los diversos temas que expongo, para ello, hay personas capacitadas que pueden hacerlo. Simplemente deseo realizar un análisis como persona de calle que se le entienda a pesar de que muchos artículos parece y parecerán contradictorios. Y lo serán seguramente, pero, ¿la vida en si misma no es contradictoria.? ¿Los seres humanos no somos contradictorios?
Los artículos que iré exponiendo, son de un instante, a veces reflexivos y otras no. Son lanzaderas de opinión según mi ánimo. Sin ningún deseo de ofender, no es mi intención.
Tampoco en mis opiniones quiero dar la imagen de una mente rígida en sus ideas y en su exposición. Quiero ser permeable a todas las ideas y tremendamente respetuoso con las opiniones ajenas.
Pero también debo ser consecuente con mi pensamiento, leal a las ideas, a la constante "evolución de las ideas",
La vida nos enseña, para unos, es una escuela que uno va rectificando por el camino de la vida; para otros es una observación de este mismo camino pero que no desea ser absorvido por la experiencia de los demás.
Los niños aprenden a andar, en cada caída, en cada golpe a pesar de los consejos de sus padres, ésto no es suficiente y deben caer y golpearse para aprender. La experiencia sin los consejos no sirve de nada y tampoco los consejos sin la experiencia. La unión de las dos es lo que nos formará para ir por el camino de la vida.
Tener una mente abierta, al mundo de la ideas, a las ideas de una conciencia sin fronteras, una conciencia humana que nos haga sensibles a la injusticia de un mundo del que somos parte.
Recordemos que simplemente estamos de viaje y nos apearemos cuando el jefe de la estación nos de el aviso. Con la maleta vacía o llena sólo dependerá de nosotros mismos.
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A escala moral, sin ningún lugar a dudas no existe ninguna diferencia que haga que los hombres y mujeres no seamos iguales, sin embargo, sí existen diferencias anatómicas que a simple vista se perciben y es por ello que sí, se distinguen los hombre y mujeres. Y no me refiero simplemente al sexo.



o que no recordamos ni recordaremos a lo largo de nuestra existencia.
nstantemente un milagro. El milagro de la esperanza. El milagro de la vida.
a de los poderosos.
el que el reparto de la pobreza se invierta en el reparto de la riqueza.
Quien haya pasado por un internado sabe muy bien que algunos religiosos tenían ciertas actitudes muy lejos de las normas de su congregación o de su votos, entre ellos el de la castidad.
Decía mi abuela, mujer sensata, que los militares no quieren la paz y se basaba en que su suegro, teniente coronel nacido en el Castillo de Monzón, Huesca; opinando de esta guisa: Los militares sabemos de guerra, no de paz.- Lo cierto, es que los militares habían estudiado para luchar y destruir al enemigo, no para vender flores, ni discursos pacíficos. Lo llevan en la sangre y esto hay que tenerlo en cuenta cuando vemos a los generales de cualquier país, en su pecho, repleto de medallas, ¿Cuantos muertos hay detrás de cada medalla?
Así de cierto, vayamos por donde vayamos comprobaremos que los españoles son unos "mal educados", en todos los aspectos de la vida cotidiana. Son gritones, agresivos, invaden o interrumpen las conversaciones de los demás, realizan gestos notorios para afirmar lo que dicen, chillan desmesuradamente a los hijos y muchos terminan por dar unos azotes al niño con gran escándolo en medio de la vía pública.
ndo de la paciencia de los viajeros de cualquier tren, o de un restaurante.
rabaja y que la virtud del español es meter las narices en las vidas ajenas.
ista de corbata, disponga de un velero o el último auto del momento.
Algún día te preguntarás, mi querido hijo Jordi, ¿Qué es España?
