sábado, 30 de mayo de 2009

GUERRA Y HAMBRE


GUERRA Y HAMBRE


Querido Jordi, como un elemento mas en este mundo, intento en mis pequeñas posibilidades ofrecerte un futuro mejor del que tenemos y disponemos en la actualidad. Un mundo mejor sí, es posible y debemos luchar para ello; pero ciertas actitudes de políticos y de conveniencia de intereses nacionales nos llevan al desastre. La avaricia y el descontento de los ricos son los causantes de que este mundo sea para unos pocos aprovechándose los unos por los otros en un enfermizo acaparamientos de la riqueza del planeta y por ende la destrucción de las fuentes naturales de energía. Nuestros bosques, nuestros ríos... los vamos contaminando, destruyendo. Los bosques no huelen a bosque, nuestros ríos no sirven para mitigar la sed, nuestras costas son vertederos de las ciudades costeras. En fin mi querido Jordi, tenemos que luchar para que las primaveras sean verdaderamente primaveras y los otoños con sus hojas muertas sean el preludio de la nueva vida. Las cosechas son conglomerados de cruces de la ingeniería de intereses económicos y seguimos por la senda de una paulatina autodestrucción de nuestro mundo y del propio ser humano.

Este reparto mal llevado, hace que millones de seres humanos mueran de hambre constantemente, sin ninguna posibilidad, ni de esperanza, para que éllos y sus hijos puedan desarrollar una vida normal. Los países del primer mundo se escandalizan por los muertos de accidentes de auto, pero no se escandalizan por los muertos de hambre, por los niños enfermos sin recursos para medicinas, por las violencias intestinas de las guerras, por los éxodos del tercer mundo.

Mientras esta actitud de los seres humanos no cambie la pobreza se extenderá incluso en los mismo países de régimen capitalista, pues en los mismos la pobreza sigue aumentando y el resto son los peones que trabajan para los impuestos, para los bancos y para el mismo estado. Sin darse cuenta que comprar, por ejemplo, una casa para sus hijos equivale a cuarenta años de trabajo y cuando los hijos la hereden, la casa será vieja y volver a empezar. Hablamos de casa, de autos, de lo que sea. El fin, es el mismo. La propiedad y el materialismo de la sociedad son la base de la injusticia y el umbral de las guerras. La falta de ideales y de un nuevo concepto de vida, la falta de una nueva moral, la falta de un sentido de la vida, entorpece el desarrollo y bienestar de millones de seres humanos. Nuestro objetivo ha de ser claro y contundente: La felicidad no es una utopía es un derecho.

Se hacen fronteras entre pobres y ricos y se potencia la fabricación de artilugios atómicos para salvaguardar los intereses económicos de las grandes potencias, bajo el emblema de DEMOCRACIA, JUSTICIA Y PAZ. Lo que en realidad, ningunos de los adjetivos se cumple.


Las guerras no son justificables; pero sí, una guerra contra el hambre y la injusticia.

Existen recursos para todos, pero nos sobran las guerras y el robo de los recursos naturales que no son de nadie y sí de todos.

Tenemos capacidad para cambiar el destino de los humanos. No hay vuelta atrás. No se puede permitir ni aceptar la miseria humana, ni los muertos por hambre y contra la fuerza del hambre se puede luchar. No puede haber conciencia que permita y tolere la vergonzosa situación que atraviesa las tres cuartas partes de la humanidad.

No es una utopía es una necesidad y un derecho que el ser humano sea feliz, pero no para unos pocos y menos a consta de los sacrificios de los demás. Los rebaños se han terminado. El camino de las falsas democracias han fracasado en este capitalismo salvaje, que valora a los individuos y lo fomenta, en base de los que mas tienen mas quieren, el poder y el dinero. los otros, han silenciados sus miserias. ¿Hasta cuando?

El concepto de la vida no ha cambiado, la sociedad si ha cambiado. Ahora estamos sometidos al poderío nuclear, cuando debiéramos estar, por el intelecto, por la justicia, por el bienestar. Los esclavos del siglo XXI deben desaparecer, debemos recuperar nuestras raíces, nuestra dignidad, por una nueva cultura y unos nuevos valores humanos, bajo una bandera, bajo un mismo sol.

El armamento nuclear a de estar obsoleto y bajo control de la misma comunidad internacional y sentar las bases de un nuevo concepto de vida y desarrollo sostenible a escala mundial y sólo el diálogo como fuerza del entendimiento. Solo tenemos un mundo, sólo tenemos una raza humana, sin banderas, sin fronteras Los sueños son y serán una realidad para el mañana, para mi hijo Jordi y para todos que como él, merecen un mundo mejor, mas justo, más equitativo y más feliz.

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