martes, 1 de marzo de 2011

¿PERO BUENO, ES QUE EN ESTE PAÍS NO HAY HOMBRES?


Esto sería el dolor de un ciudadano nacido en España que observa como la clase política está hundiendo el país como nadie lo ha conseguido en toda la larga trayectoria de la historia de España.

El sufrido ciudadano, está cansado de la clase política que se rasca sus partes, en vez de preocuparse de los problemas reales de la nación. Cansado de esta coletilla de ministros impresentables que son capaces de arengar sermones de democracia y consejos políticos, pidiendo libertad y democracia para los ciudadanos árabes, cuando aquí, en España, han hecho todo lo contrario, con sus leyes decreto. Son buenos para consejos dirigidos a otros gobernantes, pero inútiles en su casa. Mucha soberbia, mucha foto en los Goyas, mucho repique de campanas y mucho gesto de manos paternales, de sacerdotes con olor a naftalina. Pero el amiguismo sigue en pié. Quieren arreglar los problemas de ámbito mundial cuando en España son unos auténticos frustrados. En fin, cada país se merece lo que tiene. Y en la cobardía radica su permanencia.

En 1948, Llegó al aeropuerto de Madrid, un famoso, conocido y estimado cantante mexicano. Jorge Negrete, que al ver la gran avalancha de mujeres que fueron a recibirle exclamó: "¿Pero bueno, es que en este país no hay hombres?" Esta frase, hubiera sido mejor recibida en la actualidad frente a la somnífera que está padeciendo el pueblo español. Este español incapaz de reaccionar, ve como la clase política está sumamente preocupada en sus poltronas y nade es capaz de decir, ¡Basta!

Esta imagen patética de nuestros amados ministros, incapaces de gobernar si no es por orden. Estos gobernantes que esperan la paga de final de mes, por un simple discurso televisivo, por una foto con Obama... estos ministros, que carecen de un intelecto mínimo para ocupar un ministerio, deberían estar todos fregando escaleras

Pero... ¿dónde está la clase política honrada, capaz y al servicio del ciudadano?

Falta una regeneración de todos los estamentos públicos de la sociedad española. No se trata de realizar parchees de situaciones puntuales. Hay que encontrar lideres de autentica valía y de verdadera entrega al servicio de la sociedad, lideres de demostrable honradez. Quizás, sea esto pedir demasiado, quizás, sea una utopía.

La cuestión es que los socialistas han cambiado la vida de todos los españoles sin consulta. Somos un país aconfesional por modernismo. Tenemos talleres de sexo en las escuelas, regalamos, que no administramos, el dinero de todos los ciudadanos. Aumenta el paro hasta superar la tasa del 20 % y aquí, no pasa nada. Se da dinero de los ciudadanos a los bancos para salvarlos de la quiebra y estos responden embargando los bienes de 40 mil, si no más, de ciudadanos españoles que se quedan a la calle y sin casa. Falacia del capitalismo. Esto lo tolera el pueblo español.

Somos la “champions league” esto decía meses atrás, sonriendo, nuestro presidente, señalando que estábamos por encima de Francia e Italia. Es como decir del bien y del mal. Todos guardan silencio, se aceptan las mentiras, cuando en cualquier país civilizado, se hubieran ido todos, patitas a la calle. Pero los resortes de la honradez no funcionan en España, y esto hace que se perpetúe el problema, el grave problema del paro y de las familias que se les embarga la vivienda por el poderoso don dinero.

Se ha llegado a tal desfachatez política que ahora se quiere convencer a los jóvenes españoles que su futuro está en Alemania. Para esto no hacía falta abandonar la dictadura. Franco ya lo hizo con millones de españoles. Y lo de gobernar por decreto también. ¿Dónde está la diferencia con los socialistas?

Nos sucede como a los argentinos y con todo mi respeto a esta noble nación, que vive idolatrando a sus lideres, una y mil veces, mientras sus dirigentes se llevan el dinero al extranjero; estos mismos que son aclamados por el pueblo empobrecido y arruinado. La vida política es como la bombonera donde se reúnen los ciudadanos a consolarse, olvidarse quien les gobierna y en base de fútbol y maradonas, van callándose por cobardía o quizás por temor pensando que las cosas pueden ir a peor.

Lo mismo sucede en esta España y por el mismo camino vamos. Disponemos de todos los resortes para ello y la ambigüedad de las ideas, del desprecio al pueblo que la clase dirigente socialista está mas preocupada en mantenerse en el poder como principal objetivo, que solucionar los problemas reales y auténticos del ciudadano.

Cuando un gobierno fracasa, debe presentar su dimisión sin demoras, sin rencillas y abandonar todos los privilegios obtenidos... sueldos, bonificaciones, gastos de coche, comidas, pagas extras, jubilaciones... el trato ha de ser igual que trabajando en una empresa privada. Si uno no funciona, a los tres meses... a la calle. Esto si, con carné de paro para otros tres meses y sin derecho a jubilarse a no ser que haya trabajado un mínimo de 38 años. Lo del vivir del cuento y del amiguismo ha de terminar.

El drama está que los socialistas, que nada tiene que ver con los socialistas de Latinoamérica, gobiernan con criterios de la derecha más audaz que uno a podido descubrir. Sin embargo la derecha, con la idea de llegar al poder también tiene sus carencias, en liderazgo, gente de valía y de talento. Estamos en un túnel sin salida, mientras las demás naciones van avanzando.

                                      La única salida, de esta crisis, es la formación de un gobierno o gabinete de consenso, un nuevo ejecutivo compuesto de elementos de la derecha y de la izquierda, que genere confianza, dando cabida a personas de autentica valía. Y no sólo en crisis, también en los tiempos de bonanza; las carteras ministrables tendrían que ser otorgadas a hombres de demostrado mérito, aunque militen en la oposición. La valía de las personas no puede estar, solo al servicio de unas siglas, si no al servicio de la nación, esto es democracia.





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