Se olvida un año,
El regreso intenta borrar la huella del sufrimiento.
Aquellas que se quedan ocultas bajo la piel del corazón
y que se pierde en el horizonte, confundiéndose entre el cielo y la tierra
Pero no.
Quedan en el alma, grabadas a fuego.
Palabras, imágenes, recuerdos
No se olvida. Se perdona. No se olvida.
El dolor perdura, aunque la sonrisa intente el disimulo de lo infranqueable.
Suspiros y un beso.
Fueron espacios de angustia sin poder ver tu rostro,
sin poder cruzar mis dedos con tus dedos,
Ni poder observar tus pasos.
Ha sido una eternidad, buscando el horizonte perdido
De las mañanas para poder seguirte en tu sombra.
Buscar aquella huella en la arena o aquella gaviota
Que gritaba en su majestuoso vuelo.
A todas les preguntaba por ti, si te habían visto.
imaginando tus pasos en la arena,
con el celo de las olas que me las arrebataron
tus ultimas huellas en la arena llorada.
Era todo,
lo triste me envolvía viendo el sol sin luz y la noche ciega,
llena de lodo
la luna sangrienta de verano, luego
el invierno extendía su tela de lino blanca
sonreía, viéndote estar a mi lado
junto a tus pies y tus manos entrecruzados..
A veces erramos y perdemos las llaves del paraíso. Suspiramos
Anhelamos los encuentros que se pierden con el tiempo
Sin voz se quedan, sin alma
De imágenes que no vuelven, pero las soñamos.
Nos abrigamos en el pentagrama del amor
Y luego,
El holocausto nos devora sin remedio,
Son los pensamientos que huyen, la imagen
De un rostro perdido.
El fuego nos arrebata, lo mas querido.
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