jueves, 14 de enero de 2010

FAMILIA TRADICIONAL.-Justicia se escribe con "J" de jodido



FAMILIA TRADICIONAL.- Justicia se escribe con “J” de jodido

Estoy pensando mi querido hijo Jordi, que vas a tener serios problemas para cuando tengas la edad y pienses o desees formar una familia. Ya sé, te quedan muchos años por delante, tantos que espero que mis intuiciones no se cumplan. Las cosas no son como antes, ni son como serán después. Para bien o mal, y pienso que más por mal que por bien; los conceptos de amor, sinceridad, sacrificio, responsabilidad, paciencia, reflexión, comprensión, compromiso, familia, hijos, navidad, cumpleaños, onomásticas, religión, respeto, amor, ética, personalidad, criterio, valor, felicidad, orgullo, respeto... está en plena decadencia. Esta decadencia nos viene dada por tres poderes. Son los tres pilares que se sustenta la sociedad actual.

El primer poder propiciada por los gobiernos de izquierda, (mal llamados de izquierda), que con sus ansias de obtener votantes y dar una imagen de imparcialidad y de modernismo arremeten contra todo lo que podía significar un atisbo de moral, es igual sea por motivos religiosos, familiar o de magisterio. Esta falsa imagen de querer ser pioneros en la defensa de los derechos individuales está lejos de la realidad. Solo se huele a revancha y protagonismo. No hay sensatez, que es lo que debiera tener como mínimo un gobierno; no hay ni cordura, ni coherencia. Se ofrece carne a las minorías para su griterío. Los disparates son para una sonriente foto y enseñar los incisivos. Uno se mira la cola, se enamora del poder, para terminar cayendo en la vulgaridad. Se esconden en la defensa de las minorías y para defenderlas, no se les ocurre nada mas que romper el arco de las mayorías. Se hace una verborrea en defensa de mini- colectivos, una sonrisa y todos tan contentos. Queremos demostrar al mundo nuestra capacidad de tolerancia y demostrar que somos pioneros y vanguardistas de... ¿de qué?

No recuerdo, ni siquiera en la dictadura franquista, tanta intromisión a la vida familiar, por parte del gobierno, como en la época actual.

El segundo poder, que menoscaba, la familia tradicional lo tenemos en los medios audiovisuales, es cierto, que tienen un código ético y estricto en franjas horarias, pero carecen de formación y de buen gusto. Solo se piensa que para ganar audiencia, existe un camino: el de la vulgaridad y el cotilleo. Se eleva a los personajes amorales en personajes de digna admiración. Los programas se basan en el sexo como fuente para obtener audiencia.


El último y tercer poder, que operan contra el matrimonio tradicional nos viene dado a través del ámbito judicial. El talante de los jueces y fiscales que lo único que hacen es destrozar, lo que moralmente deberían salvar y hacer justicia, verdadera justicia de agrupamiento familiar y no distorsionar y marginar a los varones-padre de sus hijos, valorando la capacidad de esclavizase del hombre frente a la mujer. Dentro de estas salvajadas podemos incluir las sutiles maniobras, de los intereses económicos. Y no tan sutiles, pues los juzgados se han convertido en parodias sociales de la vida familiar, con o sin hijos. Los juzgados disuelven los matrimonios en clave económica y da rienda suelta a todo tipo de abusos, de mentiras, falsas denuncias, falsos maltratos.. que bien conocen las antesalas de estos mismos juzgados. La mujer se ha convertido en una mercancía económica. Los jueces y fiscales no juzgan. Todo gira entorno al sentido económico.

La protección de los hijos está severamente cuestionada, son el resultado de un “sentir”, que arrastrará durante toda su vida, las carencias de amor y cariño de una familia, de una sociedad egoísta, donde la justicia impersonalizada y adicta el concepto de justicia partidista, fomenta unas generaciones de niños, en la carencia de valores morales y la aceptación, como medio de consuelo, de medios exclusivamente económicos, como respuesta a otras alternativas, dejando al descubierto su grado de incompetencia..

Con esta base, hijo mío, ¿quién se atreverá a querer formar una familia? ¿Quién será el que quiera tener hijos? ¿Adónde nos dirigimos? ¿Quién se atreverá a casarse, con este panorama? ¿Quién está dispuesto a perder su casa, su negocio, sus hijos y convertir su vida en un calvario? La manipulación está servida en bandeja con el apoyo de toda la parafernalia judicial y sin derecho a nada y no se le ocurra patalear. La justicia se escribe con “ J “, de jodido, pero siempre es el hombre que sale jodido.

Es tanto el manejo que sufre la sociedad que desde los altos estamentos políticos y judiciales se les ocurre decir según la constitución que todos somos iguales ante la ley, y que no hay discriminación de sexo, color, raza... en la practica se promulga la persecución canallesca del varón como un mal nacido y responsable de todos los males habidos y por haber. La justicia, que opera sin deseos de complicarse la vida. Acepta, apoya, como modernismos y en contra de los puros conceptos de justicia, la persecución contra el hombre. Cuando debería ser, intolerable.

Mi querido Jordi. Los de tu generación se enfrentan a un dilema tal como se está desarrollando la sociedad, una sociedad carente de valores. La familia tradicional ha muerto. ¿Adónde vamos? Hemos perdido la cordura y la responsabilidad.

¿Los hijos?. Este es un tema aparte. Pero te diré amigo Jordi, que son los que más sufren y terminan, por alineación, odiando al padre / madre. Los jueces han cometido y siguen cometiendo enormes barbaridades con relación a los hijos. Yo recuerdo, siendo hijo de padres separados, que un juez sabio, determinó la separación de los hijos. En mi caso, me separó de mi padre y de mi hermano. El amor paterno, con el tiempo, murió. Y también perdí la relación con mi hermano. Todo ello gracias a la justicia con “J” de jodido. Y esto... lo permite la justicia, esto lo ampara la justicia, esto lo acepta Ud. señoría y el cuerpo de fiscales.

Todos no somos iguales ante la ley. Uds. tenían la obligación, fiscales y jueces de enmendar los equívocos y la inmoralidad de quitar un hijo al padre, tienen la obligación de castigar a los mal tratadores, pero también tienen la obligación de perseguir a los delincuentes que se ríen de la justicia haciendo falsa denuncias de maltrato. O perseguir los que buscan el dinero fácil, o buscan la ruina del cónyuge. Uds. tiene la obligación de potenciar la moral. Y lo peor, Uds. Saben que tengo razón.

La justicia se escribe con “J” de jodido

Nos dirigimos a una sociedad sin hijos. Nos allanaremos por unos minutos para saciar nuestros instintos sexuales, pero luego, cada uno en su casa. El matrimonio es el castigo de los atrevidos que pagará con su sangre los desafíos de una sociedad enferma.

Por suerte, nos acecha un futuro esplendoroso a corto espacio de tiempo. Un occidente adormilado, nos va a sustituir, los únicos que pueden hacerlo, los musulmanes, que no tiene problemas con tener hijos y que paren como... lo que sea, Habrá alcaldes de religión musulmana, rezos musulmanes, justicia musulmana, esto como mínimo. Quizás nos vaya mejor. No hace falta Al-Qaeda para invadirnos, ya los tenemos aquí hace años. Nosotros nos vendimos por unas monedas.


La justicia se escribe con “J” de jodido.





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