viernes, 20 de marzo de 2009

¡Papá! ¿Cuándo seamos viejos a donde vamos?



Mi hijo Jordi me preguntó ayer noche: ¡Papá! ¿Cuándo seamos viejos a donde vamos? Me quedé perplejo, se me atragantó la saliva. Me faltaron reflejos para responder a la pregunta de un niño, de cinco años.. Me miraba con sus grandes ojazos esperando mi respuesta. Fueron largos segundos. Balbucee unas palabras- verás, las cosas son...Bueno, cuando seamos...viejos...muy...viejos....¡Ya está!...iremos donde está la abuelita, allí vamos todos, esto es, al cielo. Al cielo vamos todos cuando lleguemos a viejecitos.
Lo cierto es que no quedó muy convencido de mi explicación. No supe decirle que cuando seamos viejecitos, nos moriremos, pero no me atreví. Pensé que habría mas oportunidades para explicarle todo el proceso, con mas calma y a su debido tiempo y con ejemplos mas positivos, pero en aquel instante no se me ocurrió ninguno. Podía decir que primero, por ley de vida, se mueren antes los papás, pero no estaba yo para amargarle el pensamiento. Que después de la muerte hay vida, esto es lo que yo pienso, pero no así su mamá. Yo espero por el bien de todos que su mamá, por esta vez, no tenga razón y podamos encontrar un hueco de felicidad en el cielo. Debería decirle que vivimos en un mundo que es un completo infierno, que hay gente buena y gente mala. Que vivimos en un mundo injusto y que mucha gente sufre calamidades y que desea su propia muerte ante tanto dolor. Que vivimos en un mundo cruel y de dolor. Pero también podía explicarle, que aún así, vivimos un mundo lleno de esperanzas y hay gente que sacrifica su vida día a día en todos los confines del mundo. Esta gente no sale en los periódicos, ni por televisión y sin embargo trabajan para la humanidad en completo silencio. Que existe mas gente buena que mala, aunque los medios de comunicación nos ofrezcan continuamente imágenes de lo contrario. Que vivimos en un mundo, donde estamos de paso, unos instantes de tiempo en relación del tiempo / espacio. Debo decirle que en el fondo, todas los seres humanos son buenos y que unos bichitos llamados genes, cometen errores en la biología del ser humano, realizando actos en contra de la naturaleza y se convierten en malas personas en contra de su voluntad. Que el ser humano es egoísta pero hay otros que generan un mar de bondades. No sé. Algo le diré a mi hijo Jordi, para que se vaya tranquilo a la cama y tenga esta esperanza que a veces nos falta a los mayores.

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