jueves, 14 de abril de 2011

FAMILIA Y REDES SOCIALES


Leí, no sé dónde, que veinte millones de matrimonios se deshicieron, se rompieron a consecuencia de las redes sociales. Es una noticia que bien pudiera ser alarmista pero si lo analizamos, nos daremos cuenta que de alarmista no tiene nada.

Las redes sociales, son motores para el crecimiento económico, para pequeñas y grandes empresas. Dar a conocer un producto al instante a millones de seres humanos. Incluso saber la opinión de la gente antes de lanzar una utilidad y todo ello, gratuitamente. El concepto de publicidad y movimiento de masas es enorme. Sólo falta observar, que los políticos, artistas, etc. tiene en las redes sociales su séquito incondicional. Y cada vez mas, observamos, su capacidad de movimientos de masas en tiempo record y en cualquier circunstancia, son capaces de agrupar miles de ciudadanos al instante. El poder de las redes sociales es enorme y tiene un peso, cada vez mayor, en la sociedad.

El fenómeno de relación, va en aumento, en progresión geométrica, su amplia capacidad de ponernos en contacto con conocidos de otros conocidos y así como se tratara de una competición, donde parece ser que quien gana, es quien dispone de mas contactos. Pero no es tan pueril e inocente como uno puede pensar, la frontera de los deseos carece de límites.

Detrás de todo ello existe una egolatría en unos y una fuerte sensación de soledad en otros y un tercero de aprovechados. Pero es la nueva forma de contactar y darse a conocer. Pero, como todos los adelantos tiene su lado sombrío. Es como los autos que son medio de expansión, medio de transporte de trabajo y de deleite de final de semana para toda la familia, a pesar de que, somos o no somos, conscientes, de que este medio de transporte, ocasiona millones de victimas en todo el mundo. Los autos, son, un peligro por parte de quien pueda utilizarlos equivocadamente e igual sucede con las redes sociales.

Los contactos con desconocidos o con nombre cambiado es uno de los peligros que acechan sobre todos a los menores de edad, a través de las redes; los buitres siempre están al acecho y con el engaño, capaces de hacerse pasar por honorables personas, que luego resultan ser peligrosos chantajistas de adolescentes, con todas las secuelas y ramificaciones que con esto pueda alcanzar.

¿Pero qué sucede, con los divorcios por causa de las redes sociales? Simplemente, ya estaban rotos en la mayoría de los casos. Sea hombre, sea mujer, la utilización de las redes ha favorecido la desunión como vinculo de nuevos contactos que cada individuo se presta a admitir o rechazar y todo ello oculto bajo una contraseña individual, lo que favorece el secretismo individual. El secretismo en las parejas es malo para su relación que ha de basarse con la transparencia y no en el ocultismo. Resulta curioso, que parejas o matrimonios establezcan una frontera en sus relaciones con los demás, con independencia de su pareja y se oculten. La transparencia en la vida de pareja, empieza con los pequeños detalles de confianza, los que se ocultan detrás de una máscara, es que no son sinceros, algo tienen que encubrir, para no poder participar conjuntamente. No es extraño, frente a la ocultación, que muchas parejas se rompan, pero por que estaban rotas con anterioridad, por la propia desconfianza.

La libertad individual de los miembros de la familia, muy respetable, no ha de basarse en la ocultación bajo una doble personalidad o en un sutil y aparente inocencia de unos simples dígitos o clave oculta. La ocultación es un desprecio hacia la otra persona sea en redes sociales, telefonía, mensajería o correo electrónico. No se trata de desconfianzas. Simplemente, que quien se enmascara, rompe uno de los preceptos de convivencia de pareja. El binomio confianza - desconfianza ha de ser traslucido y reciproco. En caso contrario, lo mejor es madurar y dejar de formar pareja hasta mas adelante y no dejar al cónyuge en el engaño. Para entrar al probador de las ocasiones, por si encuentro algo mejor que lo que se tiene y dejar tirado lo que se posee, no es preciso formar una familia. La mala fe y la doble moral son incompatibles con la familia.


Los hijos es la asignatura pendiente. Es aconsejable que circulen por las redes sociales, es lo propio a su edad, y de los tiempos que vivimos, pero participando con ellos y no dejándolos al azar. Forma parte de la formación de los hijos, por parte de los padres, y puede llegar a ser instructivo si participa la familia.






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