viernes, 15 de mayo de 2009

CREER O NO CREER


YO NO CREO EN DIOS... O QUIZÁS SI


Querido Jordi, una de las cosas que siempre he respetado son las creencias religiosas de cada uno, pero por ser tú, el mas enano de la familia, y que no puedes decidir por ti mismo, quiero que desde un principio tengas tus propias creencias religiosas, pasito a pasito iremos trazando un camino, con mi apoyo, con el apoyo de la familia, Equivocado o no, deseo que formes parte del mundo creyente y esto será parte de tu formación como persona, dentro del colectivo que vivimos y que formas parte. No quiero que sea el estado quien se interponga. Luego, mas tarde, serás tú, el único que va a decidir libremente si deseas continuar teniendo los mismos principios que tienen tus padres o convertirte en no creyente, agnóstico o hacerte budista.

Algunos grupos o minorías han despotricado el hecho de que fuesen bautizados sin su consentimiento. Es, como la enfermedad, a nadie se le ocurre cuestionar si hay que dar un medicamento a un niño cuando está enfermo. Los padres deben decidir por los menores. ¿Porqué tomé la decisión de bautizarte? Porque quiero que el día de mañana tengas donde apoyarte. En períodos, te encontrarás solo; llegará un día que papá o mamá se irán de viaje, cogerán un tren para bajarse en otra estación y no volverán, ley de vida.


Es bueno que tengas un refugio de sostén moral, para cuando nosotros no podamos estar a tu lado. La vida siendo corta nos inunda de sobresaltos y si tienes unos conceptos, que se pueden o no discutir, pero tenerlos, es importante, aunque sea formativos básicos de principios.

Somos los únicos animales que disponemos de razonamiento y desde el primer hombre que puso el pié a la tierra, tuvo el sentimiento y el respeto por los fallecidos y esto, indudablemente te lleva a la religión. La religión siempre a acompañado a los seres humanos y ante las desdichas es bueno optar, mejor, por las creencias a no disponer de ninguna. Nuestros antepasados tenían sus creencias y sus dioses, forman parte de la cultura individual y colectiva del ser humano. Es la imperiosa necesidad de creer, queremos y deseamos creer que existe otra vida y que nos reuniremos otra vez con nuestros seres queridos.

Tu madre me dice que no cree en Dios. Yo prefiero creer, independientemente de que creer en estos momentos, ante tanta injusticia, es arto difícil, por no decir imposible. Pero discrepo de tu mamá cuando me dice que no cree. Cuando visitamos alguna iglesia, lo primero que hace es coger agua bendita y santiguarse. En el fondo es el deseo de todos los humanos en creer que sí, existe una vida en el mas allá y en un ser supremo.

Uno no puede esperar a caer enfermo para sacar del cajón una estampilla de un santo o de la virgen para empezar a hacerse creyente. o coger el rosario y empezar con los avemarías, o buscar el escapulario para que nos defienda de posibles malos hechizos. Es sólo, una actitud, social, vanguardista y humana con respecto a los que nos rodean lo que te forma como persona creyente y comprometida.


Ciertamente que existen muchas cosas que nos hacen dudar del mas allá y de la existencia de un ser supremo, incluso pienso que todas las religiones son una misma religión y nos indican un solo camino. La religión o la creencia en un ser supremo empieza en nosotros mismos.

A veces, querido hijo, cuando tu y yo, contemplamos por la noche este cielo inmenso de estrellas encima de nuestras cabezas y vemos la grandiosidad vertiginosa y mareante del cosmos que nos envuelve. Cuando yo te digo que todos los seres humanos tenemos una estrella en el cielo que brilla sin cesar eternamente, quizás, seamos pequeños dioses, que jugamos en la tierra, para volver un día a descansar en nuestra estrella que nos espera. Todos somos una estrella, unas brillan mas y otras menos, tenemos que luchar para que el brillo no se apague nunca y sea la que mas brille.

Es mas difícil no creer que creer. Alrededor nuestro encontraremos las necesarias motivaciones para creer. Ni siquiera es una simple actitud el de creer. Es simplemente una observancia.

Para creer, amigo Jordi, dispones de tres caminos y los tres te llevaran al mismo lugar. En primer lugar lo tienes en el espacio/cosmos; el segundo en la vida que te rodea y el tercero, en ti mismo.

No pienses que para mí es fácil creer o no creer. No es fácil. Nada fácil. A veces pienso que Dios se ha ido a otros mundos al ver la incapacidad y la idiotez del ser humano o se ha escondido en las dunas del desierto para huir de la complejidad del hombre, quizás, simplemente, nos ha dado la espalda; mejor no dársela a él, por si acaso y lo tengamos que lamentar y nos quedemos sin el huerto.

Un beso, Jordi y buenas noches.

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