sábado, 7 de febrero de 2009

EL OJO DEL DIABLO

Tal como va la economía mundial, me atrevo a pronosticar unos cambios radicales, sociales y de valores, con ciertas tentaciones de matiz, aunque encubiertos, de políticas proteccionistas que poco a poco pueden ir derivando en actitudes contrarias a la democracia y a las libertades. Sería una vuelta atrás, de las libertades individuales.
Las tensiones sociales a consecuencia de la crisis económica irán en aumento y esto puede ser un "boomerang" de repercusiones negativas que deberán afrontar y que van a poner a prueba los países de signo democrático.


Las consecuencias en primer lugar van a ser para los países del tercer mundo. La pobreza se va a radicalizar y extender mas de lo que hay en la actualidad. los países ricos, cada vez menos ricos se van a olvidar de la problemática urgente que tienen los países que mal viven en la miseria. Los proteccionismos harán aumentar esta pobreza, esta injusticia mundial a costa del egoísmo de las grandes potencias que tratarán de salvar primero sus intereses. Grave error si es así.
Pero, los intereses, de los países industrializados pueden hacer girar la balanza y verse desbordados ante la magnitud de la problemática que puede venir y abocarnos a la tentación de hacer resurgir viejos fantasmas de épocas pasadas y/ o añoranzas para ciertos sectores de la sociedad, como solución para afrontar la actual crisis económica mundial. Entre éllos, la abolición de las libertades individuales y excusa y en nombre o interés de una justicia social. Los emblemas radicales de antaño pueden volver a resurguir y tengamos a la vuelta de la esquina, dictaduras que habíamos dado como desfasadas y olvidadas. El descontento de las masas, el paro, el hambre e incluso, el agotamientos de los fondos para los pensionistas, entre otros,pueden ser un explosivo de graves consecuencias. Todo es posible y nada es descartable.
Las democracias pueden tener los pies de barro, si olvidadan y no se comprometen con los países pobres y no aceptan los cambios que la sociedad está pidiendo a gritos. Una nueva conciencia social, una nueva forma de vivir y de plantear los problemas de la sociedad. Existe otro modo de vivir y afrontar con coraje que el trabajo es de todos y de todos es la riqueza de la tierra. No podemos mirar nuestro ombligo y olvidar lo que nos rodea. No podemos mirar atrás , pero si analizar las consecuencias de una política o políticas llevadas hasta ahora, de explotación no solo de los recursos materiales de la humanidad; también de la explotación del hombre por el hombre.
Es el momento de corregir nuestros errores, es el mejor momento de afrontar unos nuevos cambios que las futuras generaciones nos agradecerán; por un mundo mejor, por un mundo mas justo. El otro, es el camino de la perdida de las libertades individuales y el hundimiento de las democracias.

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