LA VIOLENCIA EN EL SIGLO XXI
Actualmente la violencia en nuestros días son en base de conflictos de estado y de intereses nacionales. Todo lo cual, en un mundo fuertemente globalizado impuesto a la fuerza y con el consentimiento aceptado por las restantes potencias. Esta violencia basado en intereses netamente del capital no es simplemente injusta pues quien recibe y paga con su vida son las clases, en este caso, naciones que no solo no pueden prosperar, si no, que se les confina a no desarrollarse como país, como nación, por los mismos intereses de las grandes potencias.
Eliminar los diálogos de justicia y entendimiento para basarse en la violencia y exterminio de miles de seres humanos nos lleva a recordar los tristes episodios de la segunda guerra mundial. Aquello fue una barbarie del ser humano, pero esta barbarie continua en nuestros días y...la respuesta: el silencio. Silencios de las democracias, silencios de la Iglesia.
No es permisivo ningún tipo de violencia y menos apoyadas por las banderas de la democracia, pero...¿ se debe aceptar la inmoralidad de que miles de seres humanos mueran día a día por no disponer de los mínimos para sobrevivir? ¿podemos juzgar la violencia de un país de cuyos habitantes carecen de medicinas, comida o simplemente agua?
No se permite la violencia, pero permitimos que los niños mueran de hambre. Permitimos y aceptamos la injusticia y rechazamos la violencia.
No seré yo, quien se oponga a la violencia, que por derecho le corresponde, de los sectores que la utilicen, para conseguir, esto que nosotros llamamos: justicia. Tienen el derecho a la violencia, la tienen porque sus hijos están muriendo. La violencia es lícita para las naciones que tienen la peste del hambre. Es lícita la violencia, para los pueblos donde millones de seres humanos mueren de sed. Es lícita la violencia para los pobres que no tienen casa, ni agua, ni medicinas. Es lícita la violencia, completamente lícita.
Actualmente la violencia en nuestros días son en base de conflictos de estado y de intereses nacionales. Todo lo cual, en un mundo fuertemente globalizado impuesto a la fuerza y con el consentimiento aceptado por las restantes potencias. Esta violencia basado en intereses netamente del capital no es simplemente injusta pues quien recibe y paga con su vida son las clases, en este caso, naciones que no solo no pueden prosperar, si no, que se les confina a no desarrollarse como país, como nación, por los mismos intereses de las grandes potencias.
Eliminar los diálogos de justicia y entendimiento para basarse en la violencia y exterminio de miles de seres humanos nos lleva a recordar los tristes episodios de la segunda guerra mundial. Aquello fue una barbarie del ser humano, pero esta barbarie continua en nuestros días y...la respuesta: el silencio. Silencios de las democracias, silencios de la Iglesia.
No es permisivo ningún tipo de violencia y menos apoyadas por las banderas de la democracia, pero...¿ se debe aceptar la inmoralidad de que miles de seres humanos mueran día a día por no disponer de los mínimos para sobrevivir? ¿podemos juzgar la violencia de un país de cuyos habitantes carecen de medicinas, comida o simplemente agua?
No se permite la violencia, pero permitimos que los niños mueran de hambre. Permitimos y aceptamos la injusticia y rechazamos la violencia.
No seré yo, quien se oponga a la violencia, que por derecho le corresponde, de los sectores que la utilicen, para conseguir, esto que nosotros llamamos: justicia. Tienen el derecho a la violencia, la tienen porque sus hijos están muriendo. La violencia es lícita para las naciones que tienen la peste del hambre. Es lícita la violencia, para los pueblos donde millones de seres humanos mueren de sed. Es lícita la violencia para los pobres que no tienen casa, ni agua, ni medicinas. Es lícita la violencia, completamente lícita.
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